Piloto automático

Hay días en que nos sentimos de un vago preocupante... que nos levantamos, nos lavamos, nos vestimos, desayunamos y nos dirigimos al trabajo porque tenemos el piloto automático conectado, pero no hemos sido capaces de despertar nuestra mente, no hemos sido capaces de dar un buenos días sentido a las personas que amamos y mucho menos, a las que nos rodean.

Para mi hoy ha sido un día de esos, hasta que he llegado a casa sin darme cuenta muy bien de que es lo que había hecho en el trabajo. Intentando recordar si había sonreído a la señora que me ha bufado un: "¿Otra vez estás aquí? Si lo llego a saber..."

... He llegado a casa y me he tirado, cual piscina, al sofá, con la mente todavía en piloto automático, la mochila al lado... intentando despertar de mi ensueño cuando he recibido, por fin, el primer buenos días auténtico de toda la mañana.

- ¿Miau? ¡¡Miau!!

Miraba absorta a la propietaria de tal saludo cuando viendo que no contestaba, ni reaccionaba, ha tomado la dirección del asunto y muy decidida se ha subido al sofá y ha pillado mi mano con su boca... dientes incluidos.

- ¡Oye! ¿Pero que haces?

- Ma... ma... ¿mau?

Y por fin, mi mente ha despertado y ha desconectado ese piloto automático.

- Gracias Andu. Buenos días para ti también ¿un aperitivo antes de preparar la comida?