jueves, 25 de mayo de 2006

La decisión II

Ana estaba muerta, José, tan silencioso como siempre, se quedó sólo en su casa, con el pequeño Tomás, que los primeros días de vuelta al trabajo de su padre, fue de casa en casa, de brazos en brazos maternos, que no eran los de su madre. Lloró, extrañó esos cariños que antes recibiera de otra mujer.

Un día, Tomás no salió de casa cuando fueron a recogerlo. José indicó a su cuñada, que no haría falta que volviera, su hijo estaba en buenas manos y no hubo más que hablar.

Zoia había nacido en Ucrania y ahora trabajaba en el pueblo, llegó con otras compañeras un par de años antes, para trabajar en el campo, sólo tenía dieciocho años, pero la ilusión de vivir una vida mejor, la había empujado a irse de su pueblo... de su pais ¿a dónde?... sin saber realmente donde estaba España, había recalado ahí.

José la contrató para ayudar a Ana en la casa, cuando en los últimos tiempos, ésta se encontraba peor... así que pensó en ella, el pequeño la conocía y la chica no tenía obligaciones con nadie, podía quedarse en casa y ésta era lo suficientemente espaciosa, para que ella tuviera un pequeño espacio vital.

Zoia aceptó. Ganaría lo bastante para enviar dinero a casa, viviría en una casa grande, cuidando de un niño al que había tomado cariño y de un hombre que sólo se sentía tranquilo entre caballos.

Por descontado, cuando la madre de José se enteró de quién era la persona que se había hecho cargo de su nieto y que además viviría en la casa, con su hijo... se negó. Pero no hubo nada que hacer, José había tomado una decisión, seguiría adelante con ella.

José, durante los meses siguientes, terminó por volverse invisible del todo. No aceptaba visitas, no se relacionaba con otras personas, sólo estaba para su trabajo y sus queridos animales. Era al pequeño a quien se veía por el pueblo, en brazos de Zoia o en su cochecito, cuando ésta salía a realizar la compra.

El día que Tomás cumplió dos años, la abuela organizó una fiesta, José no apareció por casa de su madre, pero si envió a Zoia con el niño. Tensión entre los mayores, los pequeños se lo pasaron genial... Tomás rió, se peleó con sus primos, abrió sus regalos con ilusión... y cuando en un momento dado se dió un golpe, fue a Zoia a quien reclamó, abriéndole sus brazos, pidiéndole que lo acunara. La abuela montó en cólera... no iba a permitir que a un nieto suyo, lo criara una extranjera... una "rusa" nada menos. Acudió a casa de su hijo, dispuesta a todo, a quedarse con su nieto en su propia casa si era necesario. Volvió silenciosa, callada y permitió que Zoia se llevara al niño.

Al final José lo había conseguido. Durante dos años, practicamente no se le vio en el pueblo. Vivía a escodidas de todos, con su hijo.... y con Zoia.

El día de la boda de su hermana pequeña... apareció, con un risueño Tomás de cuatro años correteando entre sus piernas y con una bellísima Zoia... de su mano. Wendeling recuerda la sonrisa de su madre ante la mirada estupefacta de su hermana, madre de José.

- ¿Tu has visto?

- Carmen, es su vida y ha demostrado muy bien hasta ahora lo que quiere... déjale que decida por él mismo.

- Pero con esa... esa... ésa lo único que busca es su dinero, pero si es una ... una....

- ¡Carmen! eres mi hermana, pero como se te ocurra montar el número hoy, te aseguro que....

La madre de Wen no terminó la frase, su hermana se volvió dispuesta a buscar alguien dispuesto a escuchar sus razones. Finalmente todo transcurrió con tranquilidad.

Un día, José llamó a su hermana, le pidió que estuviera un par de semanas después en el juzgado, con su flamante marido... y que no contara nada a nadie. Se casaba y necesitaba unos testigos. Su hermana aceptó.

Zoia tenía veintidos años, era extranjera. José tenía treinta y cuatro años, viudo y con un hijo.

Después de la boda, al llegar al pueblo, pararon en casa de los padres.

- Mamá... quiero que saludes a Zoia como tu nuera.

- Esa no es mi nuera.

- Ahora si, nos acabamos de casar.

Carmen se mordió el labio y finalmente sólo pudo articular.

- Déjame preparar una cena para todos.

José al fin volvía a tener una familia.



Nota: Desconozco que pasó realmente en casa de José esos años, no sé si realmente fue una boda por amor o por necesidad (Zoia era inmigrante ilegal). Pero tres años después de su boda y tras seis viviendo en la misma casa, sólo puedo decir que José, poco a poco, se está volviendo menos taciturno, la relación con su familia ha vuelto a los cauces normales, dentro de la personalidad de él. Y este post va en honor del nuevo miembro de la familia: Zoia ha tenido una preciosa bebé (según palabras de su tía) esta semana pasada.

Por cierto, en la familia, todos terminamos comparando la historia del bisabuelo Poli con la de José. Solo les deseo a los dos, que sigan tan unidos como lo estuvieron los bisabuelos.

1 comentario:

Wendeling dijo...

Comentario:
una hermosa historia Wen (como siempre), no creo que el casamiento haya sido por necesidad, seguramente fue por amor, aunque no necesariamente "amor pasional".
Despues de todo tu tia reaccionó bien, mi abuelka no hizo lo mismo, cuando mi padre le presentó a su esposa (mi madre) ella le pidió los documentos para saber si relamente estaban casados.... y creo que se murió sin aceptarla....
un beso
Agnes Cecilia 26 Mayo, Viernes 18:52 (Web)

Comentario:
Es una hermosa historia. Cuando leí la primera parte sólo pude pensar: "qué duro". Pero la vida te pone constantemente a prueba, y está claro que los hijos te dan la razón y la fuerza para seguir adelante a pesar de los pesares.
Un beso.
Cris 26 Mayo, Viernes 17:04 (Web)

Comentario:
Bien está lo que bien acaba, si este fuera el final.
Enfrentarse a la familia, el mayor reto posible, y en este caso parece que superado con nota. Me gusta el hecho de que ambos se han agarrado a esta nueva relación como si fuera una tabla de salvación en un mar picado. Algo sé de eso.
cieso 26 Mayo, Viernes 10:39 (Web)

Comentario:
Los finales felices existen.
Me gusta José. Ojalá sea muy feliz.
Besitos para ti.
AlfreditoAlfredito 26 Mayo, Viernes 09:48 (Correo) (Web)

Comentario:
me alegro mucho por tu primo... y que todo volviera a la normalidad!

un besote wen!
mixizar 26 Mayo, Viernes 09:47 (Web)

Comentario:
Muy bonito final, y ojalá que a partir de ahora todo vaya mejor si es posible, sobre todo que reine la armonía y la alegría en esa familia y alrededores.

Un abrazo, maia
Franfri 26 Mayo, Viernes 08:25 (Correo) (Web)

Comentario:
Pues me alegro q esta historia tenga final feliz. Solo me queda desearles toda la felicidad del mundo y la enhorabuena por esa recién nacida.

besos maia
Diablilla 26 Mayo, Viernes 02:50 (Correo) (Web)

Comentario:
Cada cual es libre de decidir que hacer con su vida y José ha demostrado saber muy bien que quería y como debía hacerlo.
Enhorabuena a los papas por el retoño, seguro que llenara nuevamente la casa de alegría junto con su hermano.
Petonets maca
Memnoch 26 Mayo, Viernes 02:33 (Correo) (Web)

Comentario:
Claro¡ estaba pensando que me sonaba mucho la historia... como que se parece muchísimo a la de tu abuelo...¡
Pues sí, sería maravilloso que fueran felices, se lo deseo por valientes, además ;D
Malamala 26 Mayo, Viernes 01:24 (Web)

Comentario:
Bonito final, me ha gustado mucho, me lo esperaba mucho más trágico *^_^*
Anazia 26 Mayo, Viernes 00:05 (Web)

Comentario:
Preciosa historia.. de decisiones valientes, veo que te viene de familia... te quiero
Zarem 25 Mayo, Jueves 22:58 (Correo) (Web)