Conjurando fantasmas

Hace unos días leí un post de Wolffo (por cierto, os lo recomiendo encarecidamente... sus artículos llenos de surrealismo siempre consiguen no dejarme indiferente), la primera parte de la historia consiguió sacarme una sonrisa cómplice, me sentí identificada con la protagonista... la última parte me sorprendió, cuando sentí mi rabia acumulada.... mucha rabia.

Mi sorpresa fue, cuando reconocí la causa de esa rabia. Incluso ahora todavía me cuesta aceptar que me pasó a mi.... que fui protagonista de una historia, cuando siempre dije a quien quisiera escucharme, que eso nunca me pasaría.

Es tan fácil aconsejar cuando estás fuera....

Unos días antes de leer ese artículo, me dieron la "clave" cuando ante un hecho fortuito, reaccioné con mucha culpa... y alguien (gracias) me pidió que la dejara de lado... me hizo reconocer que ante la más mínima circunstancia, me sentía culpable, cuando no era así... y poco después llega el señor Wolffo y consigue que me reconozca como protagonista principal de su historia.

Decidí que ya era hora de conjurar mis fantasmas, por mucho daño que me hicieran. Que era hora de cerrar esa puerta...

Y dispuesta al dolor que ello me iba a traer, lo estoy haciendo... y no me está resultando tan díficil... duele, claro que duele, no creo que desaparezca nunca ese dolor... pero me siento fuerte, capaz de soportarlo. Me estoy enfrentando a mis recuerdos y no me están destruyendo.