sábado, 11 de agosto de 2012

Ithilien

Fecha: 11 de agosto, 1997.
Hora: Sobre las 11 de la mañana.
Lugar: Consulta médica del obstetra que me lleva el embarazo.

Es mi última revisión, estoy de 39 semanas +3. En todos los controles estoy bien salvo en uno, mi tensión arterial está por las nubes.

También está el problemilla del DIU, ese sistema intrauterino que iba a evitar quedarme embarazada y que no sirvió, a pesar de seguir todos los consejos médicos. Y que no han conseguido quitármelo sin provocar un aborto... y que sigue ahí cubierto por la placenta controlado rigurosamente, incluyendo hospitalizaciones regulares desde el momento en que descubrieron mi embarazo.

Así que el médico me aconseja cambiarme de acera literalmente y prepararme para una inducción del parto (lo de cambiar de acera es porque su consulta está justo en la acera de enfrente del hospital Materno-Infantil de la ciudad).

Esa misma tarde acudo al hospital con mi maletita, ilusionada aunque con miedo. Tengo muchísimas ganas de conocer ya a la pequeña que viene sin avisar, pero que llega a una casa con todo el amor de su madre.


Fecha: 12 de agosto, 1997.
Hora: Sobre las 10 de la mañana.
Lugar: Consulta médica en la segunda planta del hospital Materno-Infantil.

Justo después del reconocimiento médico, viene esta conversación con el doctor:

- Así que vienes para que te induzcamos el parto.

- Es lo que me recomienda mi obstetra.

- Bueno... es lo que pone aquí - Señalando el parte médico - pero no te lo voy a hacer.

Sorprendida... muy sorprendida: - Pero... pero... ¿ocurre algo? ya me había hecho a la idea.

- No... no... - el doctor sonríe - No te voy a inducir el parto, nada más... Tienes 3 cm de dilatación, por el informe veo que soltaste el tapón mucoso hace casi dos semanas y llevas desde las 20 semanas con contracciones. No te voy a inducir el parto, porque ya estás de parto.

La verdad es que si había sentido las contracciones, pero estaba así desde el quinto mes de embarazo y no le hice mucho caso... estaba de parto ¡¡y sin saberlo!!

- Intentaremos controlar esa hipertensión, pero por lo demás, todo bien.


Fecha: 12 de agosto, 1997.
Hora: Mediodía, minuto arriba o abajo... me habían quitado el reloj junto con anillo, pendientes y demás.
Lugar: Sala de dilatación del hospital Materno-Infantil.

Conversación con una de las matronas:

- ¿Aviso a tu marido para que te acompañe?

- No creo que quiera entrar, pero por avisarle... ¿Puede acompañarme mi madre si él no quiere?

- Mujer, no digas eso, puede que te sorprenda y esté contigo durante el parto.

Pero no me sorprendió, cuando vi tras el cristal de la ventana de la sala que era mi madre quien se estaba poniendo la bata para estar a mi lado.


Fecha: 12 de agosto, 1997.
Hora: más o menos las 3:30 de la tarde.
Lugar: Sala de dilatación del hospital Materno-Infantil.

Ha sido mi madre quien está conmigo durante las horas de dilatación, cogida de mi mano, aguantando mis contracciones, pasándome una gasa mojada por los labios y pendiente de mi tensión arterial, avisando a médicos, matronas o quien sea cuando los picos eran muy altos. Ha sido ella quien ha ayudado a cambiar las sábanas cuando en una contracción se ha roto la bolsa y he mojado la cama... ha sido ella quien me ha dado las fuerzas con sus ganas de conocer a su nieta y su conversación

- He estado pensando Wen. Estel es rubia... así que ahora te toca tener a una morena, con el pelo muy negro, tal como era el tuyo cuando naciste - Sonríe - una morena y una rubia, como la canción de la zarzuela.

- Mamá ¿puedes avisar? creo que ya está aquí... - pierdo la voz tras otra contracción muy fuerte y con ganas de empujar.


Fecha: 12 de agosto, 1997.
Hora: 16:10 de la tarde.
Lugar: Paritorio del hospital Materno-Infantil.

Ithilien acaba de nacer, me han asistido un matrón, una enfermera y mi madre. Tras un pequeño susto (la señorita venía con doble vuelta al cuello del cordón umbilical) la oigo llorar, miro y veo un bultito sanguinoliento con una gran peluca de pelo negro, muy negro.

Mis primeras palabras tras el parto:

- Mira mamá, morena, como tu querías...

Ithilien ya está en el mundo.





15 años después, es una señorita muy alta, guapetona, con una melena castaña (no tan oscura como cuando nació). Es marisabidilla, inteligente, cabezota y con un sentido de la justicia muy muy peculiar.

Algo vaga con las tareas de casa (¿quién no lo ha sido a su edad?) pero es la primera que se ofrece para ayudar. Generosa. Y siempre tiene que decir la última palabra.

Muy buena en matemáticas, con unas notas excelentes y que me confesó hace un par de meses que quiere estudiar derecho, para ser fiscal y defender a las injusticias.

¡¡¡Felicidades cariño!!!


Te quiero.

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