viernes, 23 de abril de 2010

En la clase de Ithilien

Siempre, desde donde llegan mis recuerdos, sentí pasión por las historias. Primero las que me contaban mis abuelos y Mama Carmen (mi bisabuela), después cubrí el hueco en cuanto aprendí a leer.

¡¡Cuántas historias que descubrir!!

Así que desde pequeña me ha gustado escuchar, ver (cine) y sobre todo, leer.

Descubrir mundos, cercanos o lejanos en la distancia o en el tiempo. Saber de intrigas palaciegas o enredos de familia. De conspiraciones gubernamentales o enigmas naturales. De amores u odios... Verídicas o inventadas, que más da. El placer de consumir historias es lo que siempre ha alimentado mi imaginación.

Así que cuando, en la entrega de calificaciones del trimestre, la tutora de Ithilien me propuso compartir mi pasión en una charla con la clase, asentí sin pensar.

Y esta semana, en el día del libro, ahí estábamos delante de veinticuatro niños de 12-13 años, dos madres lectoras intentado comunicar por qué nos gustan los libros. Al principio tímidas y después, cuando la charla se convirtió en un diálogo entre alumnos, profesora y mamás lectoras, nos envolvió el deseo de comunicar nuestra pasión; de hacer ver porqué los libros, esos libros que cuentan historias, son tan buenos amigos.

Realmente disfruté, como otra niña más, de la experiencia. No hubo malos modos, ni respuestas absurdas. Me vi sorprendida por las ganas de esos niños de compartir sus deseos de historias... Desconozco si en otras clases la respuesta hubiera sido distinta; Sentí el deseo de esos niños por seguir siendo adultos lectores. Ojalá no pierdan su ilusión.

3 comentarios:

Viviana dijo...

es que ALGUIEN tiene que estimularlos, es un habito hermoso

Mo dijo...

Niña, que experiencia tan guay, no?? creo que debe ser emocionante intentar contagiar a los demás algo que te apasiona.

Besitos guapa!!!!

Anónimo dijo...

Descubrir en los "niños" un adulto es como cuando descubrimos en nosotros al "niño"... Muy emocionante.

Me alegra mucho que hayas vivido esa experiencia tan enriquecedora. Enhorabuena, Mami...

Tengo ganas de verte