miércoles, 16 de mayo de 2007

Buscando a Susan desesperadamente

Año mil novecientos ochenta y cinco. Invierno, casi terminando el año. Después de mucho insistir y dejarse convencer, Wendeling acude al cine con su amiga.

Madonna está en todo su apogeo, ha saltado a las listas de éxitos con sus canciones y ahora se atreve actuar. Es trasgresora, provocativa y ha creado una nueva moda en el vestir. Y aunque a Wen no le llama mucho la atención todavía, no niega que siente curiosidad por ver esa peli en especial: "Buscando a Susan desesperadamente". Quiere poder conversar con sus compañeros, no sentirse desplazada.

Durante la proyección, descubre que se lo está pasando bien, rie algunas escenas y en otras siente algo de angustia... pero ésta no será una de sus pelis fetiches, solo una más. Para ella, no ha cubierto la expectación surgida de las conversaciones con sus compañeros de clase. Le gusta la música de Madonna que la hace bailar, pero no es una gran actriz, no hay más...

Salen del cine y las dos acuden a una cafetería cercana. Es un ritual que llevan haciendo desde que se conocen; película, café en invierno o helado en verano y conversación comentado la peli. Pero Wen no llega a decir nada, su amiga no la deja hablar, está impresionada por la cantante-actriz. En poco tiempo se ha convertido en un clon de ella. Ha cambiado su manera de vestir, su maquillaje, se ha abierto más abujeros en las orejas para decorarlas con varios crucifijos y durante un tiempo pensó en peinarse igual aunque al final se ha negado a cortar su larga melena.

- ¿Te has fijado en el pendiente que lleva en la oreja derecha en la escena en que la persigue el chico?

- Pues la verdad es que no, A. no me he fijado en los pendientes, me ha resultado un guión flojo, no hay conversaciones...

- Son geniales esos pendientes - A. corta la frase de Wen, practicamente habla para ella misma, salta de una frase tras otra sin esperar respuestas, así que finalmente Wendeling opta por escucharla y tomarse su café. - Tengo que buscarlos, tal vez haya algunos parecidos en aquella tienda del centro... ¿y esas medias geniales?

- ¿Medias? Pues la verdad, no me he parado a mirarle las piernas...

- ... Creo que mi madre tiene guardado mi rosario de la primera comunión...

Nota: Me sentí muy sola y distinta a los demás después de aquella conversación, me di cuenta que soy incapaz de recordar los detalles con respecto a la manera de vestir de alguien y sin embargo, tantos años después, recuerdo casi palabra por palabra lo que ella me dijo. En ocasiones me lamenté de no pertenecer a un grupo determinado, ahora se les llama tribus urbanas. Me costó años aceptar mi individualidad y sentirme orgullosa de mi independencia sobre estas modas.

1 comentario:

Wendeling dijo...

Comentario:
Nunca he pertenecido a una tribu urbana ni a ningún grupo identificable. Tampoco soy capaz de recordar detalles de la vestimenta de nadie (mucho tiene que llamar mi atención). Nunca he ido a la última ni creo que supiera cómo se hace.

Me costó años y lágrimas aceptar que era diferente. Luego me sentí orgullosa y reivindiqué esa diferencia.

Si no fuera por los diferentes qué aburrimiento de mundo :D

Besos
Nanny-Ogg 18 Mayo, Viernes 21:42 (Correo) (Web)

Comentario:
Pensandolo, pensandolo... creo que yo tampoco pertenezco a ninguna y me siento estupendamente! pero si recuerdo siendo niña sentirme un poco distanciada de las "chicas" por esa misma razón.

Besotes.
Basileia 17 Mayo, Jueves 17:09 (Web)

Comentario:
Yo recuerdo en 3º o COU que llevaba una camiseta de cierta marca cara y hablaba con un gran amigo y le decía que no me gustaba llevar ese tipo de ropa porque yo, como rebelde intelectual :-), no les daba ninguna importancia a las marcas. Y me dio una gran respuesta que todavía me aplico: si no me importaban las marcas, debería darme igual llevar esa camiseta.

Desde entonces lo tengo bastante claro: visto más o menos a la moda, porque compro lo más generalizado que hay para no complicarme demasiado la vida, y lo más generalizado suele estar dentro de las tendencias: no tengo mi estilo propio en ese aspecto.

Lo que si sigo siendo es fanático de ciertas cosas, forma parte de mi personalidad y nada me va a quitar ese pseudofanatismo extremo.

Kimi! Kimi!

--
SegFault
SegFault 17 Mayo, Jueves 10:45

Comentario:
Hay la misma inseguridad en aquel adolescente que busca a un mito a quien imitar, que en uno que no se identifica con ninguno de ellos. La verdadera diferencia está en ese halo que envuelve al que se cree guay por ir como tal o cual personaje y te mira con cierta superioridad porque cree que por no compartir esa euforia eres un poco rara. Claro que yo los miraba con cierta condescendencia porque está claro que los que siguen necesitando un ídolo después de la adolescencia a quien seguir imitando arrastran esa inseguridad toda su vida. Los demás acabada la adolescencia, acabada la inseguridad.
Amaranta 17 Mayo, Jueves 09:40

Comentario:
Me parece admirable que haya gente "individualista", que no pertenezca a ninguna tribu urbana, eso os hace más especiales.
Yo sin embargo soy una fashion victim, que le vamos a hacer, no lo puedo remediar.

Me ha gustado tu post del día 12. Te llegará el babero en breve.

Un beszo.
abeja-maya 16 Mayo, Miércoles 12:27 (Web)

Comentario:
Bueno, yo siempre he sido una admiradora de Madonna. Es una gran cantante, me gusta su forma de vestir, su manera de vivir... pero de ahí a vestir como ella.... Reconozco que en algun detalle si la he imitado pero yo tengo mi personalidad, no menos ¿rara? podriamos decir. La peli en su momento me gustó pero reconozco que como actriz no tiene talento.
Besos.
lara 16 Mayo, Miércoles 11:27 (Correo) (Web)