miércoles, 4 de octubre de 2006

Nostalgia gatuna

Ultimamente Wendeling sueña con gatos. No se ha parado a pensar que posible significado tiene esos sueños, pero le han hecho recordar con un toque de nostalgia a Zipi y Zape, los gatos que vivían con ella en la casa del fantasma. La de horas jugando a las casitas con ellos (y la imagen por completo surrealista de Zipi, vestido con un traje de flamenca de una muñeca de Wen, corriendo y saltando por los tejados después de escaparse de las manos de la niña) o saliendo a pasear con zape, metido en un cochecito de bebé de juguete y dejándose poner un simulacro de pañal.

Zipi y Zape eran hermanos, Zipi de color dorado y blanco, Zape por completo negro salvo una mancha blanca en una de sus patas y la punta de la cola. Por aquella época Wendeling estaba enganchada a los tebeos de Escobar, así que cuando llegaron a casa y después de escuchar a su abuela un zapeeeee, al bajar al gatito de la mesa, terminaron bautizados como sus homónimos de los tebeos.

Eran gatos cazadores, estaban en la casa por una única razón: limitar la sociedad ratonil que vivía entre las paredes, así que como animales libres entraban y salían de la vivienda, se procuraban su propio alimento y tenían sus contactos con sus posibles novias. En compensación la abuela les dejaba un rincón calentito cuando hacía frío o llovía y si había suerte, podían comerse las sobras de pescado o de la comida, aparte de un platito de leche ocasional... Y también eran los amigos de Wen.

La casa del fantasma era un caserón muy grande y los gatos tenían completa libertad para andar por cualquier parte de ella, salvo una de las habitaciones de la planta de arriba. Allí la abuela guardaba conservas y estaban los armarios con la ropa de fuera de temporada, además de los objetos más valiosos que había atesorado en su vida (incluidas varias copas de cristal fino). Esa habitación estaba siempre cerrada, incluso para una Wen niña y curiosa que había recibido ya varias amonestaciones por jugar con las copas de cristal. Y los gatos lo sabían... ahí no se entraba, pero como animales curiosos, aprovechaban cualquier momento en que estuviera la puerta abierta para asomarse por ella y descubrir un trocito de mundo virgen gatuno.

ooOOoo

Tarde soleada de primeros de mayo, que Wen aprovecha en una terraza por completo llena de geranios en flor, para leer un ratito. Los gatitos son cachorros, solo llevan cuatro meses viviendo con ellos. Zipi que salta sobre sus rodillas, Wen que baja su mano y acaricia al gato, creyendo que está buscando mimos... pero Zipi baja y sale corriendo. La pequeña vuelve a su tebeo.

Dos minutos después, Zipi realiza la misma jugada, pero en esta ocasión, al saltar de las rodillas de Wen, no sale corriendo, se queda parado mirándola... Ella vuelve la vista a su lectura. El gatito lanza un leve maullido para llamar su atención. En ese momento se da cuenta que pasa algo, Zipi se pone a andar y varios pasos después vuelve a mirar atrás para ver si ella le sigue. Wendeling deja su tebeo y se levanta de la silla, sigue a un Zipi que constantemente mira detrás de él y finalmente terminan delante de la puerta de la habitación prohibida. Se sienta delante de la puerta y tuerce un poquito su cabeza.

- Si quieres entrar ahí, la llevas buena. Mama no quiere que entremos, porque podemos romper algo.

Wendeling se vuelve con intención de marcharse, pero el gatito se planta delante de sus pies, levanta su cabeza y vuelve a maullar...

- Yo no abro esa puerta, que no quiero que me castiguen, Zipi.

El gatito se pone de pie delante de la puerta y hace intención de arañarla.

- ¡¡Eh!! Eso no se hace.

Nuevo maullido, en esta ocasión intentando meter una patita por debajo de la puerta. Y por fin, la niña sospecha que...

Abre la puerta... y un Zape raudo, veloz y asustado, sale corriendo por el pasillo, seguido de Zipi. Después de la sorpresa inicial, Wendeling no tiene más remedio que soltar una carcajada. Cuando comprueba que todo está en orden dentro de la habitación, vuelve a cerrar la puerta. Menos mal que la abuela no andaba cerca, porque podrían haberse llevado un buen castigo por su curiosidad.

1 comentario:

Wendeling dijo...

Comentario:
Creo que yo también voy a contar algo de gatos. Definitivamente, me has dado una idea.
cieso 5 Octubre, Jueves 22:29 (Web)

Comentario:
Mi gata Shotet hace eso tambien... pero para que le dé de comer!!!
Ya la conoces... un lametón, un miaus y como no vea que le haces caso... mordisco que te crió
Monty 5 Octubre, Jueves 00:15 (Web)

Comentario:
No les tengo mucha simpatía a los gatos (soy más de perros), pero reconozco que a veces son muy graciosos. Tengo una amiga que continuamente me cuenta las gracietas de su gato Gonzo y me enseña sus fotos. El gato es una estrella y le gusta posar. Pero a pesar de todo creo que nunca los tendría en casa por la posibilidad de que se subieran por los muebles y se metieran en todas partes.
Kotinussa 4 Octubre, Miércoles 19:11 (Correo) (Web)

Comentario:
Menuda operación rescate que se marco el gato. Para que luego se diga que pasan de todo.

Si es que son una fuente de anecdotas inagotable, los jodios.
Maestro del Escaqueo 4 Octubre, Miércoles 17:43

Comentario:
Jes, los gatos... cuando queráis, os venís las tres por Mandril y os presento a la mía, que es una gordi super curiosa, y que también intenta, por todos los medios, entrar en los sitios prohibidos... yo me parto de la risa, porque a mí me da igual donde se meta, pero mi novio la persigue por todos lados para evitarlo ;)

Un besote wapa
Níniel 4 Octubre, Miércoles 13:36 (Web)

Comentario:
Mi gata Daky es muy curiosa. Cuando hay algún cambio en la casa lo percibe al instante y luego se pasa todo el día haciéndo visitas al mueble nuevo o a la cortina recién comprada. Olisquea, aprueba: lo integra en su vida.
Qué guapa mi gata Daky!!
Besitos
Alfredito 4 Octubre, Miércoles 13:12 (Correo) (Web)

Comentario:
Buenos recuerdos de escobar y de tus gatos, pero ¿quien abrió la puerta a zape? y sobretodo ¿quien era don Pantuflo zapatilla?. Besos conventuales
PD espero que ya esteis las tres totalmente recuperadas.
Fray Barriga 4 Octubre, Miércoles 11:12 (Correo) (Web)

Comentario:
Todos somos iguales que Zipi y Zape, basta que nos "prohiban" algo para que queramos meter la cabeza de lleno en ello.

P.D. Espero que esteis mejor las tres.

Un besazo
abeja-maya 4 Octubre, Miércoles 10:49 (Web)

Comentario:
La curiosidad mató al gato? A veces "curiosear" o preguntar mucho trae consigo su castigo... (vale.. estoy hoy de un... es pa que me riñas jeje).
Zarem 4 Octubre, Miércoles 08:48 (Correo) (Web)