martes, 31 de octubre de 2006

Madres y supermadres

¿En que momento una mujer se convierte en madre?

Hay quien opina que es en el momento de la concepción. Otras personas creen que es justo cuando nace el retoño. Y algunas más que es varios días después del nacimiento. Yo formo parte del grupo que piensa que no es necesario tener un hijo físicamente, sino sentirlo... desde el instante que sientes que eres la única protección que tiene... que sientes que te necesita... que sin ti no puede seguir viviendo... En ese momento eres madre. Te sientes madre.

Me sentí madre desde el primer instante en que sospeché mi embarazo.

Y es justo en ese momento, en el que te sientes madre, cuando darías tu vida por él. Porque a partir de ese instante, tus objetivos quedan aparcados, solo la vida de tu hijo es el objetivo. Conseguir que salga adelante en un primer instante. Después empezar a enseñarle. Ver como va creciendo.

Educarle.

Y los hijos van creciendo... pero tú sigues siendo madre. Tu hijo es especial, siempre será el niño más especial que existe en el universo. Ves sus logros y te alegras, te das cuenta que todo el esfuerzo ha valido la pena. Todos tus desvelos, todas tus energías gastadas, tienen su fruto.

Pero eres madre y también eres humana.

Un buen día te das cuenta que ese niño, es tu hijo y también es humano. Tiene sus fallos. Los ves, aunque intentes corregirlos, aunque intentes disimularlos.

¿En que momento decide un madre que su hijo es perfecto y deja de ver esos pequeños errores?

Cuando quiere obviar que en algún momento ha equivocado su educación. Se lo niega categóricamente. Ella es una supermadre, no se ha equivocado al educar a su hijo y por consiguiente este es perfecto.

Y defenderá esa perfección a muerte, igual que antes daba su vida por él. Su hijo no es humano. Es un superhombre y es el resto del mundo el que está equivocado.

Es difícil, muy complicado, hacer comprender a esa madre que tal vez su hijo no cumpla jamás las expectativas que ella se forjó.

Toda madre tiene que tener cuidado en no convertirse en supermadre, porque toda madre puede caer en ello. Tenemos que tener nuestra objetividad muy presente con nuestros hijos, porque es muy fácil ver los fallos educacionales en otros niños y no verlos en los nuestros.

Pero toda madre seguirá siendo madre, hasta que fallezca. Y la supermadre seguirá sacando uñas y dientes con su hijo de veinte años, de cuarenta o de sesenta... aunque provoque una triste sonrisa sarcástica ver a una supermadre de ochenta años defendiendo a su retoño usando las mismas técnicas que cuando éste iba a la guardería.

1 comentario:

Wendeling dijo...

Comentario:
¡Cuánta razón tienes! Y lo que se echan a perder algunos hijos de esas supermadres...

En mi caso echo de menos cuando yo era una "super-hija"; queremos a nuestros padres, te sientes protegida por ellos (sobretodo cuando eres la perqueña de cinco hermanos), crees que lo han hecho muy bien con tu educación y la de tus hermanos a pesar de las dificultades que pasaron, pero llega un fatídico día que ves más los defectos que las virtudes y ese pequeño gran muro de protección se viene abajo.

¡Besos, dulce maia, hacía siglos que no me pasaba por aquí!
Berúthiel 7 Noviembre, Martes 21:20

Comentario:
Nunca he soportado las madres incapaces de ver los defectos de sus hijos aunque se los pongan delante. No creo que hagan ningún favor al hijo.

No sé cómo puede una estar tan segura de que todo lo hace bien. Yo estoy dudando continuamente si hago lo adecuado y lo correcto con mi niña.
Nanny-Ogg 3 Noviembre, Viernes 12:36 (Correo) (Web)

Comentario:
me alegro de tener una madre que me diga que tengo "mala leche", que me mande a hacer puñetas si lo considera oportuno, que me discuta y reconozca ante mi padre o ante su hermana que tal vez no soy el miembro más sociable de la familia, pero tengo también mis coss buenas... prefiero a mi madre así que considere natural verme como un ser humano sin más (y sin menos)
Grace 2 Noviembre, Jueves 17:15 (Web)

Comentario:
Jajajaja, post sobre las supersuegras ya!! Yo tengo la suerte de tener una madre a secas, ya adultas las dos podemos tener una relación más de amistad. Y también tengo la suerte (no se si buena o mala) de contar con una supersuegra a intervalos. Buena mujer... pero extraprotectora con sus polluelos.

Besos Wen
Eva 2 Noviembre, Jueves 11:29 (Web)

Comentario:
Cuanta razón tienes con este post. No se si algún día llegaré a ser madre pero le pido a Dios o a todos los Dioses del mundo que nunca me dejen convertirme en una supermadre.

Lo peor de una supermadre es cuando se convierte en "supersuegra", es horrorosooooooooo.

Un besazo.
abeja-maya 2 Noviembre, Jueves 09:24 (Web)