lunes, 23 de octubre de 2006

Cotilleos de antes y de ahora

¿Hay algo peor que darte cuenta que están criticando a una de tus mejores amigas a su espalda?

Pues si, darte cuenta que...


Mil novecientos noventa y dos. El año que todos esperaban, el gran boom de visitas y por descontado, el gran año de las azafatas de exposiciones. Todas tenían trabajo, es más, había tanta oferta que hasta empezaban a contratar a personal sin experiencia ni titulación.

Los meses de verano fueron agotadores, demasiadas horas trabajadas, aunque a fin de mes, compensaba sobradamente. Wendeling cobraba por dietas más incluso que su sueldo.

Todas las mañanas, uno de los tres vagones del cercanías de la costa del sol, iba abarrotado de promotoras y azafatas de exposiciones. Después de varios meses compartiéndolo, casi todas se conocían de vista e identificaban a las distintas empresas por los uniformes que cada una llevaban. Pero siempre había chicas nuevas, casi a diario.

Final del verano, Wen se sube con una compañera en el tren, es última hora de la tarde y está deseando llegar a casa, ducharse, cenar y meterse en la cama. Se encuentra realmente cansada.

Encuentran asiento junto a otras dos compañeras, reconocen el uniforme de una empresa rival, aunque en el fondo, todas son iguales. A los pocos minutos, empiezan a compartir conversación con ellas, les espera una hora de viaje.

Hablan del trabajo, las otras chicas solo llevan unas semanas en él y no les gusta mucho. Hablan del calor, hablan de las horas de pie sin hacer nada, hablan de chicos, hablan de sueldos, hablan de otras compañeras y la rivalidad que existe entre marcas en ocasiones....

- ¿Y vosotros con quién trabajáis? - refiriéndose a la empresa.

- Con Alfonso. Vosotras sois de Francis ¿no?

- Si. Ah... Alfonso, creo que me he tropezado con algunas compañeras vuestras.

Y pronuncia varios nombres y lugares.

- Si, las conocemos.

- Pues también debéis conocer a una tal Wen, que al parecer lleva mucho tiempo trabajando con Alfonso y le da siempre los mejores lugares.

Wen sonríe, está a punto de indicar que hablan de ella, cuando su compañera le da un codazo.

- Pues no sé quien dices - habla la compañera de Wendeling.

- Si, mujer, si llevas tiempo en esa empresa, tienes que conocerla. Se llama Wen, tiene gafas, pelo largo y es bastante guapa. Me han dicho que está trabajando por la costa, era para preguntarte si la has visto en el tren.

- Pues creo que si sé de quien hablas. ¿Para que quieres verla?

- No, si yo no quiero verla, ni conocerla. Es una chupapo**s, por eso tiene ese enchufe y consigue los mejores trabajos.

Wen abre mucho los ojos. Su compañera se queda con la boca abierta.

- ¡¡¡¿Qué?!!! ¿Qué quieres decir?

- Pues que se acuesta con el jefe, claro. Pero le está bien empleado, porque se ha quedado embarazada y ahora el jefe no quiere saber nada de ella.

- Me has dicho que no la conoces.

- No y te preguntaba si tú la conocías para no arrimarme a ella. Con esa gentuza yo no quiero tratos. Desprestigian a esta profesión.

Wen, callada, hundida en el asiento, roja como un tomate, sigue mirándo a la chica con la boca abierta, mientras su compañera intenta defenderla.

- Pues haz el favor de no hablar mal de alguien sin conocerlo. Porque Wen es una de las mejores profesionales que han trabajado en este sector, tiene un montón de años de experiencia y por eso consigue esos trabajos que son algo más complicados. Trabaja más horas que las demás y por consiguiente cobra más. Pero jamás creeré eso. Y más cuando me lo cuenta alguien que ni siquiera la conoce. Y si de verdad se hubiera quedado embarazada y el jefe no quisiera saber de ella, no seguiría trabajando con él ¿no crees?

Wendeling siente verguenza ajena. Están hablando de ella..., están hablando mal, muy mal, desprestigiándola a ella como persona y como profesional... y encima son dos desconocidas que creen a pies juntillas algo que le ha dicho alguien. Es incapaz de abrir la boca, de decir que esa Wen es ella. Que jamás se ha acostado con su jefe, que ni siquiera le atrae, es su jefe y ya está. Sin ningún tipo de relación fuera del trabajo.

- Claro, tú que vas a decir, si trabajas para el mismo jefe, seguro que a ti también te apetecería que él te metiera mano y conseguir más dinero.

Wen se levanta del asiento, prefiere irse a otro lugar, aunque sea de pie, no soporta más estar al lado de alguien tan rastrero. Su compañera la sigue.

- No te preocupes, Wen, las que de verdad te conocemos, sabemos que todo eso es mentira.

- ¿Y cuántas de verdad me conocen? ¿Cuánto tiempo lleva todo ese cotilleo por ahí para que dos novatas lo hayan escuchado? Me gusta este trabajo, me gusta lo que hago, pero no me gusta nada esa rivalidad. ¿Es que no se dan cuenta que así nunca conseguiremos un sueldo justo? ¿qué nunca seremos compañeras de verdad?

Nota: con el tiempo, el bulo fue extendiéndose, hasta el extremo de un año más tarde, escuchar una felicitación por ese hijo que había tenido... un hijo al que incluso pusieron un nombre: Álvaro. Claro, la madre del supuesto retoño fue la última en enterarse que tenía un hijo. Y hoy, he recordado toda esta historia al comprobar como un grupo de supuestas amigas de una muy buena amiga mía, hablaban mal de ella, sin saber que yo estaba a menos de 3 metros, escuchando como criticaban desde su manera de hablar, a la ropa que usaba y hasta su aptitud (si, de apto) en educar a sus hijos.

1 comentario:

Wendeling dijo...

Comentario:
"Lo que de tu boca sale? eso eres!" repite mi abuela siempre, y yo como máxima: No hago "amigas" en sitios como una peluquería, aunque sea una generalización...quizás por eso lo largo todo en la red.

Un beso
Elvira 25 Octubre, Miércoles 00:15 (Web)

Comentario:
Si la gente supiera cuánto la define lo que suelta por la boca igual aprendían a pensar y a callarse.

Hay gente que es que se aburre mucho ¿no crees?
Nanny-Ogg 24 Octubre, Martes 22:49 (Correo) (Web)

Comentario:
Yo creo que le habría soltado unos minutos largos de exabruptos.
Me gusta como eres cariño, no cambies
Monty 24 Octubre, Martes 20:20 (Web)

Comentario:
JOOOOOOOOOOOoo. Y no le saltaste al cuello direcctamente?Besos
invitado 24 Octubre, Martes 20:12

Comentario:
Mucho tirar piedras a tejado ajeno...
Falta de educación, y de respeto por los demás. Lo peor es q esa gente no se enmienda, y tendrán hijos y sus hijos serán iguales xq los habrán educado ellos y los hijos de los hijos y los hijos de los....y perpetuarán la especie de gilipollas q habitan sobre la faz de la tierra por siempre jamás. Pero tb está el resto de la gente oye, y q a veces nos damos el gustazo de meterles algún corte cuando les pillamos criticando. Un besito Wen.
Malena 24 Octubre, Martes 12:24 (Correo)

Comentario:
Es que así se olvidan de sus propios problemas. En vez de meterse cada uno en su vida es mejor intentar solucionar o joder la de los demás.
Vaya telita de gente.

Un besazo.

P.D. ¿Sabes algo de HSolo? Hace mucho que no actualiza.
abeja-maya 24 Octubre, Martes 11:33 (Web)

Comentario:
Dicen que por la boca muere el pez. No se puede criticar así a nadie y mucho menos siento mentira. ¿Y no dijiste nada? No me lo puedo creer porque yo hubiera soltado unas cuantas de las mías.
Besos.
lara 24 Octubre, Martes 11:15 (Correo) (Web)

Comentario:
es que a la gente le encanta inventar mierda sobre otra gente y revolverla, y extenderla.... a lo mejor así creen que pueden tapar la suya.
campanilla 24 Octubre, Martes 09:04 (Web)

Comentario:
La gente que dice cosas de alguien sin conocerla las llamo gentuza. Meten a la gente en sacos, que muchas veces están rotos porque no pertenecen en donde las meten.

Duele que después de tanto esfuerzo no te lo reconozcan. Pero antes que nada está la autosatisfacción de saber que tú has hecho todo lo que has podido.

¿Conozco a tu amiga? (Creo que sí) A mí me parece una gran persona, aunque la conozco desde hace bastante muy poco, pero no te preocupes por lo que digan gentuza que meten a personas en sacos rotos.
Anazia 24 Octubre, Martes 07:09 (Web)

Comentario:
Odio cualquier tipo de cotilleo. Es rastrero y ruin. Besos de la que da miedo :-P
Zarem 24 Octubre, Martes 00:48 (Correo) (Web)