Los próximos 50 años

De regreso... o más bien de fin de vacaciones, que ya llevo unos diítas en casa. Y no es que tenga síndrome post-vacacional, sino una enorme nostalgia de él. Aunque creí que el tiempo consigue que nos acostumbremos a todo, siempre sospeché que en este aspecto no sería así, cada vez que nos separamos duele... y duele una barbaridad aunque sepa que en un mes volveremos a encontrarnos... aunque crea su promesa de terminar este año juntos.

Y nostalgias aparte, han sido unas estupendas vacaciones, unos días en un paraje maravilloso en Pontons (Barcelona) con los geniales y locos amigos de fantasymundo, podéis pasaros por su galería para ver esas fotos de nuestra locura. Se os quiera y se os echa un montón de menos.

Otros días por Málaga, haciéndonos arrumacos o pasándonos por la playa, soñando despiertos constantemente (esa casita por solo 276.000.00 €... joooo... ¡¡quiero ser rica!!) y compartiendo sueños dormidos en una misma cama. Gastándonos dinero en la feria... ¡¡leñes!!... que caro todo. Paseando, tomando helado, peleándonos con las leonas o jugando al parchís con la abuela de las niñas (mi progenitora) que aunque no ganó, nos dio una estupenda lección de estrategia parchisera (¿se dirá así?).

Pero ante todo y sobre todo, juntos.

Después de tres años llevando esta vida, quiero compartir lo que me resta de ella, con él... o al menos los próximos 50 años... me ha demostrado constantemente su integridad personal, su humanidad, su generosidad, su amor hacia nosotras tres (cosas de ir por triplicado); es difícil no enamorarse de alguien así y tengo la enorme suerte de compartir sueños juntos... Sigue siendo la palabra clave, juntos.

Estaremos juntos, al igual que hemos estado estas vacaciones. Tengo su promesa y él tiene la mía. No solo un mes, sino 50 años, los próximos 50 años.

Te quiero gatito.