martes, 10 de julio de 2007

Salmonella

A Ithilien le falta mes y medio para cumplir su segundo año de vida. Verano del año noventa y nueve. Vacaciones... y la pequeña vomita tras comer.

Wendeling está acostumbrada a que lo haga a su hija mayor, que nació con problemas de píloro... pero ¿la pequeña? Tal vez sea un hecho aislado. La niña se la ve contenta. Sigue jugando igual esa tarde.

Pero no, por la noche vuelve a hacerlo justo tras la cena.

Esa noche duermen poco. Wen empieza a preocuparse. Al día siguiente acuden al pediatra que le diagnostica un virus estomacal y le recomienda dieta blanda.

Pero la niña no se recupera... después de dos días vomitando, le toma miedo a comer, no quiere tomar nada, ni un poco de agua... llega la diarrea.

Cuatro días después y tras tres visitas al pediatra, éste la envia a urgencias... la pequeña se está deshidratando. Ha perdido una cuarta parte de su peso y se encuentra lacia, sin ganas de reir, ni de moverse.

Una vez en el hospital y tras unas pruebas, llega la sorpresa:

- Le hemos encontrado salmonella. Tenemos que ingresarla para recuperarla de esa deshidratación.

La niña, al ver que la separan de su madre, reacciona, a pesar de sus pocas fuerzas, llora y patalea.

No la dejan pasar con su pequeña, le informan que está en la sala de observación, con suero. Wen se siente inútil sentada en esa sala de espera, con caras preocupadas a su alrededor y niños llorando.

Pasan las horas cuando por fin la llaman para ver a Ithilien. Tras una celadora recorre pasillos hasta una enorme sala en la que hay varias cunas y camas, al menos 8 niños se encuentran en la sala... no ve a su pequeña.

Mira alrededor y está a punto de preguntar cuando le señalan una cuna en una esquina. La niña está tumbada... con el suero en uno de sus brazos y el otro atado a los barrotes.

Mira a la enfermera que hay en la sala... que al instante sabe lo que va a preguntar:

- La hemos tenido que atar porque se quitó el suero de un tirón.

Ithilien dormita. A Wendeling se le cae una lágrima viéndola en esa cuna tan grandota, en esa cama con barrotes, atada... alarga una mano y acaricia a la niña que al instante abre los ojos y grita, intentando ponerse de pie para que ella la coja en brazos.

Varias horas después de caricias y nanas, consiguen que Ithilien termine por dormirse, también agotada de llantos e intentos de quitarse la vía del brazo. Wendeling se prepara para pasar la noche al su lado cuando la enfermera le indica que tiene que marcharse.

- ¿Cómo? ¿No puedo quedarme con mi hija?

- Si estuviera en planta si, pero está en observación. No se preocupe usted, aquí estamos varios atendiendo a los niños. No le ocurrirá nada, mañana a las ocho puede estar usted aquí para darle el desayuno.

A Wen se le encoge el corazón cuando por fin sale de la sale, mirando atrás cada pocos pasos.

Se marcha a casa, pero esa noche no consigue pegar ojo. Incluso en un momento determinado pega un salto de la cama y acude a la habitación de su hija, le ha parecido que la llamaba... pero la cama estaba vacía.

A las ocho está en la puerta del hospital, esperando a entrar.

A las ocho y pocos minutos, entran en la habitación los padres de los niños ingresados... Ithilien está de pie en la cuna, le han desatado su bracito, aunque sigue con el suero puesto... la llama, grita un

- Mamiiiiiiii

Y las dos se ponen a llorar cuando la coge en brazos y la saca de la cuna.

Durante más de una hora intentan entre el padre de la pequeña y ella, que tome algo de desayuno, el médico les ha informado que hasta que no consiga comer y que su cuerpo no lo expulse, seguirá ingresada. Hay cuentos por medio, nanas, carreras por la sala tras una niña con una botella de suero y al final, consigue comerse un yogur. Ithilien se ve más contenta, juega como una niña que no está enferma, a pesar del inconveniente de la vía de su bracito.

Esa misma tarde consigue el alta del hospital, con la promesa en firme de un tratamiento a cumplir a rajatabla... Al final sólo ha dormido fuera de su cama una noche... Ithilien se la ve contenta, ríe, grita y se pelea con su hermana al poco de llegar a casa... eso si, tres kilos más delgada.

Varias semanas después celebra su cumpleaños, por completo recuperada... Todo se quedó en un buen susto, aunque durante muchos meses, cada vez que pasaba por la puerta del hospital, le gritaba a su madre.

- Mami, voy a ser buena y comerme todo... ahí no me lleves...


Nota: Ithilien fue la única que tuvo salmonelosis, a pesar de ser una enfermedad contagiosa, nadie más en la familia lo padeció. Los médicos llegaron a decirme que tal vez se había contagiado de algún otro niño en el parque. Varios meses después le dieron el alta definitiva.

1 comentario:

Wendeling dijo...

Comentario:
Yo con 9 años también tuve salmonela, yo y otras 14 personas de mi familia.
Mis padres y el resto de la familia estaban en un hospital mientras que a mí me tuvieron que trasladar a otro por el servicio de pediatría.
La verdad, lo recuerdo a la perfección, enferma y sola...
Se me ponen los pelos de punta solo de recordarlo...

Besotes.
Basileia 11 Julio, Miércoles 09:27 (Web)

Comentario:
Ver a tus hijos enfermos produce una impotencia... mil besikos..
Mañana en persona!!!
:-D
Zarem 11 Julio, Miércoles 00:05 (Correo) (Web)

Comentario:

Al final se recuperó pero seguro que fue un susto grande para todos.

A mi siempre me ha llamado la atención la metamorfosis que sufre una familia cuando quien enferma es la madre, aunque sólo sea una gripe, de repente toda la familia incluído los niños envejecen veinte años de golpe... etc. Y parece que rejuvenecen cuando se recupera, que algunos no dan saltos de alegría por la calle de puro milagro. Bicos.

Álex 10 Julio, Martes 19:28 (Web)

Comentario:
Uf, se me ha encogido el corazón leyéndote. Tuvo que ser muy duro dejar a la niña solita en ese hospital.

De momento mi niña se ha librado de ese tipo de cosas, siempre ha sido muy sana y espero que siga así (toco madera).

Besos
Nanny-Ogg 10 Julio, Martes 17:55 (Correo) (Web)

Comentario:
¡Vaya susto!

Aunque la explicación de los médicos... improbable.
Más probable de origen alimentario pero, simplemente, los niños son mucho más sensibles.
Beso
Baltasar Aceno 10 Julio, Martes 13:09 (Web)

Comentario:
Mi prima también nació con el píloro mal...y aun recuerdo los lloros,daba mucha angustia.

Yo siempre he sido muy mala comedora... asique me daban bajones de azúcar ,el médico me recetó coca cola y que comiese lo que quisiese y cuando quisiese.Aun guardo el bolsito donde llevaba mi comida a la guarderia,porque en casa no lo comia.

Por cierto...Hola!!

:)

Simplemente Yo 10 Julio, Martes 11:57 (Web)

Comentario:
Yo tenía en vilo a todo el mundo porque no comía nada, nada. Por lo demás, una niña muy sana que jamás tuvo que ir al hospital, ni para ponerme una escayola, que era una cosa que yo envidiaba mucho a otras compañeras del colegio cuando era pequeña, ¡figúrate!
Kotinussa 10 Julio, Martes 11:48 (Correo) (Web)

Comentario:
La verdad es que yo me he pasado mucho tiempo en el hospital, con mi hija, entró en coma al poco de nacer debido a un derrame cerebral y otra vez más a los casi tres meses debido a una muerte súbita del lactante que no llegó a ser tal porque llegamos a tiempo al hospital. Estar en coma para alguien de tan corta edad no era nada alentador, sin embargo las revisiones posteriores a las que tuvo que estar sometida para comprobar la evolución y las posibles secuelas nunca revelaron nada, a los cinco años le dieron el alta sin ningún tipo de secuela detectada. Cuando Dios salva a un niño de la muerte le da un don, mi hija tiene dos dones directos de Él. Este fin de curso cuando fui a recoger sus notas, su tutora me dijo que ella quería una hija como la mia, que era una persona con unos valores muy arraigados para su corta edad, que sabe defender, que era una persona con una gran madurez y una inteligencia envidiable, supongo de todo eso dos tercios provienen de los dones que dios le ha concedido y un tercio a mi insistencia para potenciarlos al máximo. Estas cosas te hacen tener un nudo en la garganta sobre todo cuando has estado tan al filo de perderla.
LaSusona 10 Julio, Martes 11:44

Comentario:
Vaya, si ya se pasa mal leyendo el relato... no me puedo ni imaginar cómo de mal tuvo que ser pasarlo en persona.

Buff
Faboo 10 Julio, Martes 11:34 (Web)

Comentario:
Yo solo de pensar en como lo tuvieron que pasar mis padres cuando tuve una enfermedad llamada Purpura, que me tuvo con 9 años 3 meses sin poder andar... se me cae el alma, porque ellos se acuerdan más que yo de como estaba casí...


un besote gordo wen!
mixizar 10 Julio, Martes 08:53 (Correo) (Web)

Comentario:
Menudo susto os llevaríais, mis padres han sufrido lo suyo conmigo y yo creo que aunque siempre decis que "no os hace falta" porque nunca queréis reconocimiento, no se os acaba de agradecer nunca lo que hacéis por nosotros...
Sorsha 10 Julio, Martes 00:41 (Web)

Comentario:
Dura de roer esta Ithilien :D
Tuvo que ser muy duro. Un abrazo gordote.
Monty 10 Julio, Martes 00:19 (Web)