lunes, 26 de diciembre de 2005

Escapar

Wendeling tiene 6 añitos... y acaba de escaparse del colegio.

Ese colegio que sus padres encontraron para una temporadita, mientras iban a otro pais, mientras encontraban trabajo y se instalaban. Ese colegio de monjas, en el que viviría muy bien cuidada... en el que dormiría, despertaría a las 6 y media de la mañana, se lavaría con agua helada en verano e invierno, iría a la capilla a escuchar misa durante una hora, una misa celebrada en latín... y con monja que cuidaba que las niñas estuvieran despiertas y atentas, a reglazo limpio. Después un desayuno con leche y 3 galletas y a clase.

Las clases son siempre divertidas. Es lo que más disfruta la pequeña Wen. Le encanta aprender, siente curiosidad constantemente y las profesoras no son todas monjas... Las clases y las tardes, después de la merienda (otra vez leche y 3 galletas)... hay un jardín enorme, en el que jugar, incluso hay varios columpios en el que esperas una cola enorme para pasearte, pero cuando vuelas tan alto, casi tocas las nubes... y cuando llueve, la sala de juegos... enorme, con un montón de juegos de mesa para las pequeñas y si quieres, las monjas te enseñan a bordar, para las mayores... o nada de querer, en ocasiones terminas castigada bordando... Suerte que Wendeling es muy pequeña todavía.

Y las horas de comer y cenar, las pequeñas ponen la mesa y recogen después, las mayores sirven y friegan platos (si están castigadas). Todo organizado. Somos muchas niñas y no permiten que alguien se salga de lo permitido.

Wendeling lleva aquí ya dos años. Espera... desespera... esa carta primero y a su padre después, que la llevará con él, para volver a estar todos juntos.

Pero pasa el tiempo y nunca llega.

Un día se cruza por el camino de Sor Teresa, una monja amargada y tuerta del ojo derecho. Wendeling tiene un ojo vago que en ocasiones tuerce un poquito y Sor Teresa se empeña en que le está haciendo burla de su defecto. No atiende a razones, no escucha que Wen no se da cuenta cuando hace eso con su ojo. Empiezan los castigos constantes: delante de la virgen de rodillas durante horas, para que aprenda modales (Wendeling se tira horas así, pero nada de pedir perdón, se imagina que la serpiente que pisa "la Inmaculada" se escapa debajo del pie y termina picando... y matando... a Sor Teresa), miles de copiados e incluso la encierra en ocasiones en los servicios de un ala vacía del convento-colegio.

- Aquí puedes gritar lo que quieras y llorar, nadie te va a escuchar.

Y Wendeling llora, asustada. Sólo tiene 6 años.

Así que decide que no quiere estar más en el colegio. Una mañana, después de comer sus galletas, sencillamente sale por la puerta... se marcha.

Nadie la ha visto.

Durante horas vaga por la ciudad. De aquí para allá, no tiene miedo, es demasiado pequeña para darse cuenta que una niña tan pequeña no puede estar sola por la ciudad. Mira los escaparates, se siente no feliz, pero si tranquila. Hoy Sor Teresa no le va a dar un reglazo ni esos insufribles discursos sobre el respeto.

Pero pasan las horas y tiene hambre. Descansa en un parque... sentada en un banco, deja pasar las horas.

- Niña... ¿Y tu madre?

Un hombre le habla... cree recordarlo, pero no está segura. Wendeling le mira y no le contesta.

- Tu eres la nieta de Joaquín ¿verdad? si... seguro, te pareces muchísimo a tu madre. ¿Qué haces sola?

Wendeling sigue sin contestar, pero siente como se le sube un nudo por la garganta... intenta hacerse la fuerte, no llora.

- Venga que te llevo a casa de tu abuelo.

Y Cuando llega, sus abuelos se sorprenden muchísimo. Pero la pequeña Wen no puede responder a ninguna de sus preguntas... solo quiere llorar y llorar y llorar mientras sus abuelos la abrazan.

Ahora se siente segura. Ellos lo arreglarán todo.

2 comentarios:

Wendeling dijo...

Comentario:
Gracias por compartir tus recuerdos, como compensación algun dia escribiré algo (de lo mucho) que religiosos y religiosas han hecho por mi. He de reconocer que hay mucha sotana con rabo y con cuernos. Pero, insisto, hay de todo......
Anawin 27 Diciembre, Martes 21:31 (Web)

Comentario:
Que petardas las monjas, eso de que obliguen a bordar y esas cosas me mata.
Vaya educación asqerosa!
Y luego la gente dice q como las monjas... Pues yo conozco a muchas niñas q fueron a coloegios de monjas y son más malas q na.
La educación no consiste en imponer.
Muy bien hiciste en escaparte, jejejeje.
Un besitooo.
Meriel 27 Diciembre, Martes 20:46 (Correo) (Web)

Comentario:
Que triste historia..lo que más lamento es que sea verdad....
Un beso y un fuerte abrazo :)
Grial 27 Diciembre, Martes 19:35 (Correo) (Web)

Comentario:
Espero que la cena haya sido todo un éxito...
A mi también me rescataron una vez así, pero de un campamento de verano...
Un besín...
alex 27 Diciembre, Martes 19:27 (Web)

Comentario:
Felices Fiestassssss!!! y que tengas una entrada de año geniallll!!!
Un besín
Pineda 27 Diciembre, Martes 18:28 (Correo) (Web)

Comentario:
¡qué horrible monja! ¡y que injusta! No me extraña que la pequeña wen terminase escapando.

Me ha traumatizado eso de escuchar misa en latín tan temprano... ugg

bezitoz
synn 27 Diciembre, Martes 17:19 (Web)

Comentario:
Es algo muy triste q hallas tenido q pasar por eso en el pasado. Ahora creemos tener nuestros derechos para estos acontecimientos, aunque indudablemente la juventud de hoy en día, deja mucho q desear.
Al leerte, he recordado aquellos años de mi padre, en forma de recuerdos. Según me cuenta él, su profesor era muy estricto, solía rozarle con la yema del dedo en plena patilla hacia arriba produciéndole mucho dolor. Weno, a mí padre y a sus compañeros claro está. Tb era de los típicos q pegaba con varilla en las manos, o empujándolo agresivamente sobre la pizarra. Yo le pregunto q pq permitían eso, será q ahora veo los "derechos" q hay, y me parece sorprendente q un padre o una madre no hiciera nada. Él me decía q le tenían miedo, pues era considerado como alguien importante en el pueblo. Digamos q tenía influencias allí en Granada (q es de dónde es mi padre). Llegó el momento en q mi abuela se enteró, y fué a reclamar y le dijo q no volviera a coger a su hijo más por el pezcuezo, a lo q respondió el profesor "se dice cuello, no pezcuezo"... vamos, y encima sabes!!!
Fuiste muy valiente al escaparte con 6 años. Es algo muy admirable!! Menos mal, q las cosas han cambiado un poco desde entonces...

besotes maia!!
Diablilla 27 Diciembre, Martes 15:45 (Correo) (Web)

Comentario:
Ele ahí, eso es lo que deberíamos haber hecho much@s, escaparnos de la tortura, la intolerancia, la soberbia.. por qué en esos centros se con"centran" la mayoría de los vicios humanos?

Me alegro de que pudierais pasar la navidad con tu mami, al fin.

Que conste que no dudaba ni un pelo de tu imaginación y cariño para inventar un menú con tus hijas y pasarlo de miedo haciéndolo y trajinandolo después, no falla, receta de mi madre, los pone a hacer rosquillas, o flores de galleta, o churros...

Pobres? pobres son esos que dependen del dinero para ser felices.

Muchísimos besines para las 3 estrellas¡¡
Malamala 27 Diciembre, Martes 13:29 (Web)

Comentario:
...Me gustaría saber si tus abuelos lo arreglaron. Creo que puedo hablar, porque soy padre, y se que lo que diré ahora puede sonar imprudente, pero hay que decirlo:
No es justo juzgar el comportamiento de nuestros padres por muchos motivos, porque los tiempos que vivieron no son éstos, y el mundo de entonces no tiene nada que ver con el de hoy. Yo también estuve un año y medio sin mi familia, en casa de mi abuela, y con mis tías, y también con la misma edad, 6 años, separado de mis padres y sin dos de mis hermanos (entonces éramos 3), también en esa ocasión fue para permitir la estabilidad laboral y económica de la familia. Aún hoy no puedo comprender que pudiesen prescindir de mi. Yo los eché muchísimo de menos. Creo que eso ha marcado mi posterior relación cn mis padres, especialmente con mi madre, a la que no puedo evitar reprochárselo aún inconscientemente, y lo que más me duele, marcó la relación con esos dos hermanos, que como yo, tampoco pudieron elegir. Repito que no puedo juzgar esos comportamientos, porque los tiempos eran tan diferentes, y a veces era pura cuestión de supervivencia, pero si se lo que hoy no haría con ninguno de mis dos hijos. En tu caso, Maia, aún me deja más boquiabierto, estuviste interna con seis años, teniendo abuelos...seguro que hay una explicación. Debemos ser de la misma quinta mas o menos, y en mis tiempos me asustaban amenazándome con mandarme interno... si me lo dicen entonces hubiese pensado que eras una niña malisima, como lo leo hoy, se que eras una pequeña víctima. Disculpa si he prejuzgado, pero es lo que tiene los blogs, la impunidad. Un besote
olmailovin 27 Diciembre, Martes 13:17 (Web)

Wendeling dijo...

Comentario:
Esas monjas de otros tiempos aún ocupan mis pesadillas. Monjas-curas de quellos que se disfrazaban con hábitos insólitos que los convertían en pájaros imposibles o en nazarenos góticos. Ahora se han disfrazado de sombras amables, pero no pueden ocultar la mueca, la mirada torcida, el frotarse las manos con sensualidad enfermiza. Yo los identifico al punto, he desarrollado una habilidad extrema para oler caldos de refajo, corazones turbios. ¡Qué asco!
Alfredito 27 Diciembre, Martes 13:10 (Correo) (Web)

Comentario:
Un día me tienes que enseñar a ser tan valiente como lo eres tu! con 6 años escaparte sin saber a donde ir, ni nada, uau! me has dejado estupefacta!

un besazo muy gordo wen!
mixizar 27 Diciembre, Martes 12:39 (Web)

Comentario:
Mira... dicen que lo que importa es quien ríe el último: no pudieron contigo. Coincido con algunos de aquí: la gente amargada no debería enseñar nada, tan sólo castigan a otros buscando aliviar su propio odio. Nunca he tenido demasiado contacto con monjas (por lo que me han dicho normalmente puedo sentirme aliviado), pero es natural que entre ellas haya mayor grado de insatisfacción: han de esconder sus instintos personajes bajo una máscara de castidad y mesura, cuando son personas como otras cualquiera. Es natural que estén amargadas. Habrá algunas a quienes les venga bien vivir así, pero otras no creo que eligieran plenamente ser monjas.

En fin... a toda esa gente que se consuela maltratando a otras: que os den :-P
Mithrand 27 Diciembre, Martes 12:13 (Correo) (Web)

Comentario:
Gracias por compartir tus recuerdos. De monjas sé poco, pero de curas sé un rato. Amargados hay en todas partes, pero por qué será que entre la gente con hábito hay más?

Besos.
Gabi 27 Diciembre, Martes 10:01 (Web)

Comentario:
jose, recuerdo poco de mi escapada... recuerdo haber estado mirando escaparates y recuerdo estar sentada en un banco de un parque cuando un amigo de mi abuelo me reconoció. Lo de marcarme los castigos (severos para una niña tan pequeña) de sor Teresa... si... mucho... Hasta el extremo de ver un hábito con toca blanca y ponerse mi vello de punta, incluso ahora.
Wendeling 27 Diciembre, Martes 00:58 (Web)

Comentario:
Afortunadamente, las cosas han cambiado. Desafortunadamente, nos hemos pasado al,otro extremo.
Esas cosas marcan, espero que no lo hayan hecho demasiado.
Un beso.
jose 27 Diciembre, Martes 00:53 (Web)

Comentario:
Estoy con Monty... y es que la valentía la tiene mi niña desde la cuna :). Besitos de una que te quiere.
Zarem 26 Diciembre, Lunes 23:13 (Correo) (Web)

Comentario:
Uff, qué mal. Yo también estuve en un colegio de monjas, pero nada que ver. Tengo buenísimos recuerdos.

Sin embargo, después de salir de ese colegio topé con dos profesores que me amargaron la vida todo lo que pudieron, uno de ellos ya en 4º de carrera. Deberían impedir que la gente amargada se dedicara a la enseñanza.
Kotinussa 26 Diciembre, Lunes 21:00 (Correo) (Web)

Comentario:
Hay que ser muy valiente para escaparse con 6 años en un sitio que no conocias.

Besos mi dama
Monty 26 Diciembre, Lunes 21:00 (Web)

Comentario:
Y pensar que durante años hemos creído que los colegios religiosos eran los que mejor educaban... ops! perdón, que igual me lee alguno de la COPE.

Un besazo para mi niña vagabunda
HSolo 26 Diciembre, Lunes 20:53 (Correo) (Web)