jueves, 22 de septiembre de 2005

Aventura en el Orient Express

Leyendo a Monty he recordado también algunas situaciones surrealista que supongo, a todos nos han ocurrido en alguna ocasión... Aunque en una de ellas, llegué a sentirme bastante indignada y cabreada con la mitad masculina de la humanidad.

Año 1992. Expo, Olimpiadas, Madrid capital europea de la cultura y sobre todo muchísimo trabajo. Aquel año fue expectacular, miles de "niñas" trabajando como azafatas de congresos, la gran mayoría sin experiencia, pero no importaba. Si dabas "la talla"... contratada. Aunque las quejas estaban al orden del día. La verdad, no se que esperaban de este trabajo si el único CV que presentaban, eran la estatura, talla de ropa y algo de soltura al hablar. Por esa época fue cuando empezó a correrse el bulo de que Wendeling tenía "relaciones ilícitas" con el jefe, para conseguir los mejores trabajos (la circunstancia de sus años de experiencia, no contaban en esta historia, sencillamente, se ignoraban... y también el hecho de que el jefe de Wendeling fuera un baboso pulpo que ella no soportaba). Ese año, Wen ganó mucho dinero, aunque sus "jornadas laborales" empezaran a las 6 de la mañana para poder desplazarse a la ciudad establecida y terminaran sobre las 11 de la noche, hora en que llegaba a su casa, por completo rendida y con ganas de ducharse y pillar su cama.

Y sobre todo, ese año, Wendeling conoció a fondo el uso de todos los medios públicos de transporte de la Costa del Sol... y su famoso cercanías.

Verano del 92, el tren de cercanías que lleva desde Málaga a Fuengirola, siempre al completo entre las 7 y 9 de la mañana, trabajadores distribuidos a todo lo largo de la Costa que utilizan este transporte, más que nada por comodidad y por sus "horarios" más o menos fijos (y aparte, económicos). Y Wendeling, junto a unas docenas de compañeras de trabajo, que usan ese transporte a diario durante la época estival sobre todo. Y tren que se avería en medio de la nada... (porcentaje ínfimo que recorre esa línea que no tenga alguna urbanización al lado... pero mira por donde, ese día se le ocurre averiarse pasada la estación del Arroyo de la Miel... y allí nos quedamos... al final, nos informan que están a la espera de que llegue el próximo tren y puedan trasladarnos a la estación más cercana, donde podremos seguir trayecto en autobús... Porque esa máquina necesita una reaparación más en serio.

Soplidos y resoplidos de los ocupantes que empiezan a hacerse a la idea de que ese día van a llegar tarde al trabajo (no... por entonces no eran habituales los teléfonos móviles para avisar de nuestro retraso... y los que presumían de tener alguno de ellos, iban cargados con enormes maletines que pesaban sus buenos kilos).

Y después de esperar un buen rato, la gente empieza a ponerse nerviosa... pasa la hora "prevista" y el tren que no llega. Nos prestamos periódicos y Wen empieza a repasar sus facturas de gastos, aburrida por completo.

Al final llega ese prometido tren que nos va a sacar de esa "ninguna parte" en la que estamos y empiezan las sorpresas: Justo donde se ha parado el tren, está en medio de un monte y la vía elevada más o menos para mantener una horizontalidad sobre ese terreno tan escabroso "¿cómo podrá la gente bajar por ahí?" Hay al menos un metro de altura entre el escalón de la puerta y el suelo, que además, está en pendiente. Los pasajeros se agolpan en las puertas, sin saber exactamente como bajar por ahí... a Wen le entra la risa tonta, va con su uniforme de trabajo (falda muy corta y estrecha) y zapatos de tacón... al igual que sus compañeras.

Aparecen algunos empleados del ferrocaril, dispuestos a ayudarnos "en el trasvase" y los más atrevidos empiezan a saltar desde el tren. Poco a poco, los vagones se van despejando. Algunos grititos histéricos de señoras cuando descubren la altura y quejas de personas mayores que no se pueden mover bien.

Llega el momento de que salte Wendeling, alguien le ofrece una mano, que ella aprovecha para dar el salto (zapatos en mano, no quiere doblarse un tobillo). Aterrizaje perfecto... paseo por medio del campo, ante un paisaje idílico, con el mar al fondo y se dirige al grupo de personas que estan esperando a subir en el otro tren. Alguien ha encontrado una enorme roca que disminuye en algunos centímetros la altura a subir, pero aún así, es considerable.

Por cierto, cuando avisaron que vendría otro tren que nos trasladaría a la estación más cercana, olvidaron decirnos que ese tren vendría lleno a rebosar de pasajeros. Así que conforme subimos, los vagones empiezan a parecerse sospechosamente a latas de conserva, específicamente, a enormes latas de sardinas (sobre todo por el olor que desde allí empieza a desprenderse).

Turno de Wendeling, el vagón casi al completo y un empleado que estaba ayudando desde arriba a los pasajeros, ofreciendole su mano y tirando de ellos suelta en ese momento:

- Señorita, no se apure, ahora le ayudo.

- No hace falta, soy joven y puedo, ayude a esa señora (la señora en cuestión pesaba sus buenos kilos, tendría unos 60 años y llevaba un ratito intentado elevar su pierna para poder subirse, aunque sin conseguirlo bien. En ese momento había pasado de intentar apoyar el pie a intentar apoyar la rodilla).

Pero el empleado de ferrocarril, ni le escuchó (pienso que no quiso escucharla)... se baja del vagón de un salto y empuja a Wendeling directamente en su culete, para impulsarla al vagón.

Wen que siente unas manos sobre determinada parte de su cuerpo. Wen que se indigna cuando siente que esas manos "masajean" esa parte de su cuerpo. Wen que termina por dar un grito cuando su cabreo va a más.

- He dicho que puedo subir sola ¿Quiere usted dejar de magrearme el culo?

Y encima, el "señor" se molesta, porque solo pretendía ayudar... mientras la buena señora se hiere en la rodilla al intentar subirse al vagón sin ayuda.

Después de toda esta aventura, decir que "afortunadamente" llegaron con 2 horas de retraso a su destino previsto. Tarde, sucia y encima cabreada por el magreo sin permiso que le habían dado.

2 comentarios:

Wendeling dijo...

Comentario:
A mi me tocaron una vez el culo en el bus, bueno, más bien fue un apretamiento del buen señor con su parte masculina contra mi culo... La mirada de asesina fue suficiente, pero me pegué un buen cabreo...
Un besín
alex 23 Septiembre, Viernes 18:51 (Web)

Comentario:
ajajajajaj... lo que me divierte leer tus tribulaciones no te das una idea!!! sobre tdo la parte del "masajeo en el culo"...
Besos mil...
Trinity Reloaded 23 Septiembre, Viernes 16:42 (Correo) (Web)

Comentario:
Amanda, amante, amada... creo más bien porque vio la "oportunidad" y que encima le diera las gracias :P Besos.

Simplemente Yo, habérselo dado... encima de pijito maleducado. Besos.

jartos, gracias por el piropo. Besos.

Anazia, eso digo yo... hay ocasiones en que tengo la sensación de ser un imán para este tipo de anécdotas. Besos.

Azul, si yo, al recordarlo, también me río... pero aquel día pillé un buen cabreo. Besos.

SegFault, me encantaría ser espectadura de algunos de esos pollos :P ... pero yo no te conozco ¿eh? jajajajaja.... Besos.

synn, de ahí vino mi enfado... porque noté como "me masajeaba" y eso no es necesario para darme un impulso u subir. Besos.

Diablilla, lo sé... tuve algunos congresos en Sevilla. :P ufff... ¡cuanta gente! Besos.

Lindalawen... y a mi... a mi también me repateó lo suyo. Besos.

zarem... no me digas eso que me lo creo!!! Besos.

Dragoncete, es que encima las recuerdo con nostalgia... no por lo que sucedió, sino por la edad que tenía entonces :P Besos.
Wendeling 23 Septiembre, Viernes 16:20 (Web)

Comentario:
Tus anécdotas son geniales Wen... me gusta la ternura con que las explicas, aunque en ellas estés enfadada ;)

Un besico
Dragoncete 23 Septiembre, Viernes 14:11 (Correo) (Web)

Comentario:
No se puede estar tan wena mi niña.. jeje.
zarem 23 Septiembre, Viernes 13:57 (Correo) (Web)

Comentario:
Estos transportes públicos, siempre pasan cosas raras...

Y desde luego, que tío jeta. Aunque lo que más me repatea es esa actitud de "el magreo viene incluido en la ayuda". ¡Grrrr!
Lindalawen 23 Septiembre, Viernes 12:08 (Web)

Comentario:
jajajaja si es q hay hombres para todo xD A mí tb me ocurrió una vez algo parecido xD Los hay q se aprovechan!!!
En cuanto al año 92, aquí fué un gran año, pq aquí fué la Expo. Jaleo a rabiar!!! xD

besitos Wen
Diablilla 23 Septiembre, Viernes 12:03 (Correo) (Web)

Wendeling dijo...

Comentario:
Los hay que aprobechan la mínima oportunidad del destino para tocar un culete... yo he tenido que pegar algún bolsazo disimulado en el metro en hora punta, porque una cosa es un 'roze' por lo estrecho, pero otra es que te magreen..

besitos!
synn 23 Septiembre, Viernes 11:04 (Web)

Comentario:
Yo llevo años cogiendo ese tren :-)

Para mi un año no es año si no me fumo un puro para recibir el año, celebro mi cumpleaños en verano y monto algún pollo con el revisor (o interventor, como prefieren ser conocidos) :-)

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SegFault
SegFault 23 Septiembre, Viernes 10:58 (Correo) (Web)

Comentario:
Ay Wen!! lo que te ha tocado pasar...y lo que nos reimos contigo ahora..al leerlo!

Un biko fuerte y buen fin de semana!biko azul
Azul 23 Septiembre, Viernes 03:26 (Web)

Comentario:
Las cosas que le pasan a Wendeling... ;)
Anazia 22 Septiembre, Jueves 23:40 (Web)

Comentario:
Tal vez con una mano podría haber izado tanta belleza, pero no, él queria las dos para inmortalizar tan fabuloso momento. Eso te pasa por estar tan buena (y me refiero tanto a la salud como a la otra).

Gracias por el post, me ha hecho recordar ese año que a tantas personas nos marco. Besos Wen.
jartos 22 Septiembre, Jueves 21:32 (Correo) (Web)

Comentario:
jajaja siempre hay alguno que se aprovecha...a mi me has recordado a la boda de mi prima,cuando uno de sus "finísimos" amigos me pasó el paquete por el traserillo... a "tris" estuve de soltarle una santa torta... que seguro iba seguida de una de mi hermano,que iba detrás.

:)

Simplemente Yo 22 Septiembre, Jueves 20:45 (Web)

Comentario:
Eso te tuvo que pasar por tener un culito monísimo, seguro!

Jajajajaja!
Un besito, gracias por tus cariñosos comentarios.
Amanda, amante, amada 22 Septiembre, Jueves 20:31 (Web)