Un nuevo reencuentro

Una sonrisa en la cara, mientras Wendeling, sentada en un banco, a la puerta de una antigua casa, observa a sus amigos jugar, hablar, saludar, reir, abrazarse... mientras cuentan antiguas historias y nuevos proyectos, los nuevos un poco a parte, observando como ella, aunque no tardarán nada en integrarse al grupo. A pesar de los años que han pasado desde que acudió a la primera reunión, sigue asombrándose como gente de tan diversa procedencia, con edades tan dispares (hay un par de generaciones por completo distintas entre la persona de más edad y la de menos) son capaces de pasar unos días juntos, olvidándose por completo (o al menos esa esa la sensación) de sus vidas... viviendo una idea común, todos juntos, luchando, peleando por conseguir sencillamente pasar unos días tranquilos y que salga todo bien, a pesar de los errores en las actividades... ¿a pesar o tal vez a consecuencia de esos errores? riendo, sonriendo, carcajeándose al final...

Y mientras Wendeling, sentada en ese banco, observa a sus amigos, siente que alguien la besa en la mejilla, alguien que la agarra de la mano. Ella vuelve la cara y sonrie al encontrarse la mirada de la persona que le ha dado ese beso... una mirada que la estremece, que le dice que esa persona siempre estará ahí, a su lado... que nunca la abandonará.

Wendeling, se levanta del banco, tirándo de la mano de esa persona, con la sonrisa de oreja a oreja, dispuesta a vivir esos días como nunca... y se une al grupo.... repartiendo, sonrisas, besos, abrazos, gritos, ideas... sabiendo que él está a su lado y que van juntos...

Juntos...

Y ella devuelve ese beso.