Y llega la pregunta

La mayoría de los españoles se reconocen católicos, no practicantes. Wendeling es una maia y por tanto a ella le gusta rizar el rizo: es practicante, aunque hace tiempo que decidió que la religión no iba a influir en su forma de ver la vida. Decidió que como jamás sería una buena cristiana (lo siente, pero jamás pondrá a Dios por encima de su familia), sería una buena hija y para hacer feliz a su madre, no cuesta tanto cumplir con los ritos de buena cristiana, entre ellos, oir misa los domingos y fiestas de guardar... y su madre es feliz porque su hija es buena católica.

Al reconocer esto públicamente, sabe que más de una persona la acusará de ser una convencionalista e hipócrita, pero, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Resumiedo: Wen acude todos los domingos a misa, por la simple razón de que así su madre se siente feliz ¿hay mejor razón que esa?

Todo este preámbulo es para explicar, por qué, un domingo de hace 6 años, Wendeling estaba oyendo misa, con Estel, que entonces tendría unos 3 años recien cumplidos, cuando en el banco de atrás, se sientan tres hombres, altos, muy altos y .... negros... muy, muy negros.

Estel tira del brazo de su madre y señala a esos 3 hombres, que sonrien, al ver el interés de la pequeña. Una enorme y simpática sonrisa llena de dientes muy blancos.

Wen espera la pregunta de su hija, planteándose como responder por qué esos hombres tienen la piel tan negra, mientras ella es rubia con la piel muy clara.

Durante más de media hora, Estel y su madre están más pendientes de ellos que de la misa. Los hombres también miran a la pequeña, al ver su interés, por completo absoluto en ellos, le sonrien, le guiñan un ojo, les hacen movimientos con las manos, incluso uno de ellos le ofrece un dibujo que tiene guardado en el bolsillo, al parecer de otro niño pequeño, que Estel no acepta. Sólo los mira con la boca abierta y casi sin pestañear.

Y por fin Estel se decide, agarra la mano de su madre, tira de ella para que se vuelva, señala a los hombres que siguen sonriendola y pregunta:

- Mami, ¿por qué esos hombres no tienen pelo en la cabeza?

Wen se queda chofff por completo, mientras los hombres, aguantan las risitas, al fin y al cabo están en misa. Al final uno de ellos se decide a responderle directamente.

- ¿A qué estoy guapo?

- No - respuesta categórica de Estel.

- Bueno - le contesta otro de ellos - Tengo el pelo muy rizado, y me duele mucho cuando me peino ¿A tí te pasa lo mismo? Seguro que a ti te duele cuando tu mami te da tirones del pelo. Por eso decidimos quitarnos todo el pelo, así no hace falta peinarselo. ¿Entiendes?

Wendeling intenta cortar a su hija, pero cuando esta se embala...

- Sí, pero estás muy feo.

Cuando termina la misa, al salir, se cruzan con los 3 señores "tan... sin pelo en la cabeza" y uno de ellos le comenta a Estel:

- Mi hijo dice lo mismo, que estoy muy feo sin pelo en la cabeza, tal vez debería hacerle caso.

La pequeña mira muy seriamente, cogida de la mano de su madre y le responde:

- Sí.

Y mientras Wendeling aguanta la risa, pensando en el rato que ha pasado intentando responder a la pregunta de por qué esos señores tienen la piel tan oscura, cuando a su hija lo que le había llamado la atención era por qué no tenían pelo en la cabeza...