Llueve en Málaga y a Wendeling le pitan los conductores

Es que no tengo remedio, ni a mi edad aprendo. ¿A quién se le ocurre en un día de lluvia ponerse falda estrecha y tacones? Pues a Wendeling, a quien sino.

Esta noche ha llovido bastante, pero al salir para la oficina, por la mañana, había dejado de hacerlo. Así que me decidí por mi falda negra "marca caderas y lo que no es cadera" y zapatos negros, preciosos, eso si, con mi habitual taconcito de 10 cm.

Pero una vez llegada al centro y al bajar del bus... chaparrón del 15, parecía que las nubes se habían decidido renovar su piscina y todo a la calle.

Y ahí en medio, intentando cruzar la alameda, está Wendeling, con su paraguas (menos mal que eso si decidí llevarme), su falda estrecha y sus zapatitos de tacón.

Para quien no conoce en Málaga, la Alameda_Principal.jpeg indicar que forma parte de la arteria principal del centro comercial de la ciudad. Una calle muy ancha, con 8 carriles en ambas direcciones y que tienes que cruzar en un par de semáforos (isleta en medio con jardines) porque no te da tiempo a hacerlo en los 50 segundos que dura abierto el semáforo para el peatón. O Arriesgarte a hacerlo en esos cincuenta segundos si sprintas bien.

Y como Wendeling odia llegar tarde, decide sprintar... preparados... listos... vamos... paraguas en mano, falda estrecha y tacón.

Creo que es obvio decir como y donde terminó mi carrera.

Justo en medio de la Alameda Principal, al pisar un charco formado por el agua que caía y aceite de algún motor de coche, generoso, que había soltado en medio de la calzada.

Resbalón histórico y culetazo.

Pero lo mejor, es cuando me levanto y descubro, que la costura de la falda ha estallado a la altura de la cadera, y que voy enseñando mis ultramodernas braguitas de licra con angelitos bordados.

Pitada general de los conductores al abrirse el semáforo y más, al descubrir mi moderno disfraz de carnaval.

Y Wendeling decidiendo entre si bajar el paraguas y taparse cierta parte de su cuerpo o dejar esa parte de su cuerpo al pitorreo general (incuidos piropos soeces) y resguardarse del chaparrón que en ese momento cae.

Si ya me lo decía mi madre: "Wendeling, es que no tienes remedio"