Había una vez una niña que deseaba existir. Deseaba que el mundo se diera cuenta que ella estaba allí, que era alguien, pero nunca lo conseguía. Cuando parecía que estaba a punto de hacerlo, siempre pasaba algo y la luz se apagaba.
No existía.
Un día conoció a alguien, alguien maravilloso que le ayudó a encender la luz, alguien que la colocó en un altar, alguien que decía que la quería y se agarró; se agarró a ese alguien desesperadamente, porque necesitaba existir.
Pasó el tiempo, se acostumbró a esa luz y necesitó más... necesitó encender más luces y lo hizo. Creó luz, tres lucecitas maravillosas que formaban parte de ella; pero una se apagó y lloró. Lloró por la pérdida, lloró por ella y siguió existiendo, por las otras lucesitas que la necesitaban.
Y el alguien maravilloso que le enseñó a encender la luz se fue separando, cada vez más lejos. Ella le necesitaba, pero no llegaba a él. A veces pensó que realmente nunca estuvo a su lado. Otras veces pensó que era egoista, mala, por no dejarle libre.
Y dejó de encender la luz, volvió a desaparecer. Se convirtió en nada, en un mueble apagado y feo que había en la esquina y que solo sonreía cuando las lucesitas se encendía a su alrededor. Cuando se daba cuenta que la necesitaban. Pero la niña buscaba al alguien maravilloso que cada vez estaba más lejos, al que no llegaba, al que ya no le encendía la luz.
Y volvió a pasar el tiempo y deseó apagar su no-existencia por completo. Y casi lo hizo, pero de pronto encontró lucecitas a su alrededor que iban y venían, que a veces estaban y a veces no. Se sentía, existía con ellas, deseaba alargar el momento en que estaban... y se escondió en ellas.
Apareció otro alguien, fuerte, grande, que le dijo que no necesitaba encender la luz, porque había luz dentro de ella. Que estaba viva, qu existía, y la niña se sintió bien, y le gustó sentirse así. Y deseó estar con ese alguien fuerte que le enseñaba a existir.
Pero el alguien maravilloso todavía andaba por ahí. Muy lejos, inalcanzable casi. Y la niña se dijo que el alguien maravilloso también la necesitaba y deseaba alcanzarle, para decirle que gracías a él, ella había existido, que le había enseñado a encender la luz.
Pero al alguien maravilloso no le gustó la existencia del alguien fuerte. Y ella se sintió mal, por el alguien maravilloso y por el alguien fuerte. Porque los dos le habían enseñado a existir. Porque no quería perder a ninguno. Porque no quería escoger.
Y al final no ha escogido ella. Las lucecitas siguen dependiendo de su no-existencia. El alguien maravilloso sigue encendiendo la luz ocasionalmente y se siente amenazado.
La niña dejará de existir de nuevo.
Adios alguien fuerte, gracias por intentar que existiera, por intentar que viera la luz que hay dentro y que no consigo ver.
Gracias alguien maravilloso por seguir encendiendo la luz y cuidar de las lucecitas.
Gracias niña, por no existir.
(Escrito en casa, 22 de Octubre, 1999)
Ocasionalmente sigo "visitando" mis antiguos diarios. En la época que escribí esto, me sentía hundida por completo. Meses después intenté realmente no-existir.
1 comentario:
Comentario:
Jajajaja, que tontaina eres jajaja, menos cachondeito ¿vale? ;-)
Carol B 28 Enero, Viernes 11:51 (Correo) (Web)
Comentario:
¡La gran Reina Carol B leyendo mi humilde blog!
Majestad, bienvenida.
Gracias por el achuchón y besos de una maia para tí.
Wendeling 27 Enero, Jueves 20:33 (Web)
Comentario:
Me has puesto los pelos de punta de la emoción, que bien lo has contado. Me dan ganas de ir ahí y darte un achuchón y un besazo.
No dejes que la luz deje de brillar
Muchíiiiiisimos besos
Carol B 27 Enero, Jueves 17:14 (Correo) (Web)
Comentario:
Jose, a mi también me ha pasado eso contigo ultimamente.
SegFault, si quieres, jugamos a ver quien sabe quejarse mejor (que también soy de esas...!!!!)
Wendeling 27 Enero, Jueves 15:30 (Web)
Comentario:
Y luego uno se queja...
:'(
--
SegFault
Richard Pichard 27 Enero, Jueves 11:12 (Correo) (Web)
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Que ganas mas locas de darte un abrazo de oso, jopeta, que bien lo has escrito.
Jose 27 Enero, Jueves 08:39 (Correo) (Web)
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Monty, tranquilo, aprendí la lección (aunque fue a lo bestia... como no!) Nada de apagarse, la luz está en mi.
BekarioPrekario, ejemmm... gracias. Pero solo intento dejar mis sentimientos al escribir. Como intente escribir de algo que no se... vaya patadón meto.
Wendeling 27 Enero, Jueves 00:43 (Web)
Comentario:
Haces que algo tan triste resulte poético, bonito... tienes un don. Y luego dejas caer por otros artículos no se que de anodino o no se que historias...
REDIOS!!! con el talento que tienes niña
BekarioPrekario 26 Enero, Miércoles 23:52 (Web)
Comentario:
Tremendo lo que has escrito.
No se te vuelva a ocurrir apagarte... hay muchas lucecitas lejanas, pequeñitas y poco fuertes que siguen queriendo ver esa luz tuya, intensa, deslumbrante y colorida.
Abrazos en la distancia
Monty 26 Enero, Miércoles 22:02 (Correo) (Web)
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