Hace unos años, si... esos años en que los móviles todavía pesaban sus buenos 10 kilos y tenías que llevarlos en un enorme maletín... (que no, por mucho que insistáis no voy a contaros cuantos años) yo tenía un trabajo bastante interesante. Aunque con vacas flacas.
Trabajaba como azafata de congresos y en invierno, como promotora de ventas. Así que ahí me veíais, un lluvioso invierno, cargada con stand desmontable y productos de promoción, recorrerme media provincia. Como siempre estaba de viaje, mi jefe me encargaba que le llamara en cuanto terminara mi jornada laboral, para saber como me había ido el día (y la verdad sea dicha, para tenerme controlada también). Y como los móviles todavía no estaban de moda, ni pesaban 60 gramos, pues tenía mi tarjeta telefónica para llamar desde cualquier cabina de España y parte del extranjero.
Cierto día no encontré la dirección a la que tenía que ir... vueltas Marbella arriba y abajo... nada, ni puñetera idea de donde podía estar el supermercado. Se hacía tarde y ya me veía la consecuente regañina de mi jefe, cuando decidí llamar en la siguiente cabina que encontrara para preguntar alguna indicación.
Encuentro la cabina. Suelto el maletín del Stand (que pesaba lo suyo), busco la tarjeta de telefónica en el bolso, la encuentro, y llamo al jefe.
- Alfonso, soy Wendeling. Estoy en Marbella, pero no encuentro la dirección que me has dado. Llevo un buen rato preguntando, y los extranjeros de aquí no tienen ni idea.... ¿que?.... Si, como si fuera tan facil encontrar a un marbellí auténtico, creo que desaparecieron en la prehistoria, con los dinosaurios, aquí solo hay turistas.... Sí.... sí.... un callejero ¿dónde demonios encuentro ahora un callejero?.... un momento, que tomo nota.
Me coloco mi auricular sujetándolo con el hombro, mientras busco en mi bolso un bolígrafo y un papel donde apuntar las indicaciones... mientras mi jefe me va dictando, se me ocurre apoyarme en el lateral de la cabina... Solo que la cabina no tiene lateral.
Y ahí va Wendeling, con el impulso.... cuando descubre que no hay cristal en el lateral... cayendo... cayendo...
Recuerdo la escena a cámara lenta. Yo intentando sujetarme a donde podía, incluso intenté agarrarme al auricular... pero nada
Wendelingnazo ... plaffff....
Y las carcajadas de varios transeuntes, antes de intentar ayudarme a levantarme y preguntarme (en varios idiomas, eso si) si me había echo daño. Y Wendeling con ataque de risa incluido, sin poder levantarse del suelo, por la genial y espectacular caida... y porque justo cuando me levantaba, había leído el cartel de la calle de la esquina... ¿Adivináis?
- Jefe, no importa, acabo de caer donde está la calle.
1 comentario:
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Jajajaja, muy bueno VAYA SI CAÍSTE EN DONDE ESTABA LA CALLE DE MARRAS jajajaja.
Besitos mil
Carol B 2 Febrero, Miércoles 16:49 (Web)
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Yo recuerdo cuando volví a Asturias con 22 años, después de que la última vez que subí tenía 14 (aparte de los cienes y cienes de "¡cómo has cambiado!" que escuché).
Empecé a salir con una prima y su pandilla, y no se porqué razón mi tía (yo me quedaba en su casa) dijo que yo no bebía (cuando precisamente era mi etapa más golfa en ese sentido) y casi todo el mundo así lo pensaba. Los primeros días, mi prima me acompañaba a casa porque mi sentido de la orientación es bastante patético y aunque es un pequeño pueblo venía bien tener alguien de guía para ahorrarme un par de vueltas.
Una de las noches que volvía a casa me topé con los padres de mi prima, y yo iba bastante cargado, pero para disimular me puse a charlar con ellos. Cualquiera que haya estado bebido sabe que:
a) En ese momento te crees que controlas todo tu cuerpo con infinita precisión.
b) Tu lengua se vuelve pastosa y tu hablar te delata.
Mientras hablaba, yo muy seguro de que estaba disimulando y que era prácticamente imposible que se dieran cuenta de mi estado etílico, sentí un pequeño mareo y decidí apoyarme en la pared y hacia allá estiré la mano para apoyar mi cuerpo. Desgraciadamente hay un punto c:
c) Las distancias no se calculan bien.
Así que la pared estaba más lejos de lo que yo pensaba y mi cuerpo al intentar apoyarse no se encontró ningún freno, con consecuencias predecibles: segfaultazo ;) al canto. Al incorporarme fui consciente de a) b) y c) así que supe que no había nada que disimular y tuve que admitir (parcialmente) mi estado: "es que me he tomado algunos culines de sidra y como no estoy acostumbrado..." ¡Mano de santo! Háblale a un asturiano de la sidra y ya no tendrás que pronunciar nada más :-) Así que mientras yo permanecía de pie, intentando disimular, el padre de mi prima se puso a contarme historias sobre la gente que no estaba acostumbrada a beber sidra, lo que le llevó a historias de la mili y me permitió estar reposando con la brisa nocturna de un bonito valle asturiano antes de irme a dormir :-)
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SegFault
SegFault 2 Febrero, Miércoles 11:24 (Correo) (Web)
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jajajaja!
Wendelingnazo
jajajaja!
osiris 1 Febrero, Martes 18:59 (Web)
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Si me di un buen costalazo, pero lo mejor fue cuando me entró el ataque de risa... intentaba levantarme y no podía!!! Mira que caerme justo en la esquina de la calle que llevaba más de una hora buscando!!!
Wendeling 1 Febrero, Martes 01:32 (Web)
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Jejejeje, por algo te tenías que caer ...
;o)
euRia 31 Enero, Lunes 22:13 (Web)
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Catachof.
A mí me habría pasado como a los extranjeros, conste, que yo veo a alguien que cae y corro a ayudar pero mientras me parto toooo. :)
Monty 31 Enero, Lunes 21:20 (Correo) (Web)
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