“La canción de Cazarrabo” de Tad Williams

Entre los miembros de la Comunidad de felinos, la débil línea que divide la vigilia de los sueños, no constituyo un muro de aparente irrealidad.

Saben que la caza que realizan en sueños no quita el hambre y que las peleas que sueñan no dejan cicatrices, pero reconocen que los sueños ofrecen una forma de sustento e inspiración para enfrentarse al mundo real. Es decir, la comunidad es consciente que dependen de la comida, el agua, y los sueños.

Todos los integrantes de la comunidad son gatos, y por consiguiente tienen los reflejos muy aguzados... pero solo unos pocos se convierte en “Oel-var’iz” o lo que es igual “Visionarios”: los elegidos, los gatos que obtienen un desarrollo de su sagacidad muy superior a la media...

Fritti Cazarrabo pertenece a esa comunidad gatuna, y en principio está destinado a ser un gran Visionario. Pero lo deja todo cuando la dulce gatita de la que está enamorado llamada Pata Suave, desaparece y él marcha en su busca, acompañado de un gato viejo que se llama Comebichos y de Saltarín, un jovencito y travieso gatito.

Ese viaje terminará llevando a Fritti Cazarrabo hasta la misma Corte de la Reina de los Gatos.... y hasta ¡El mismísimo infierno gatuno!, donde el horror va más allá de las peores pesadillas de cualquier gato. Y también conseguirá que desarrolle una sagacidad impresionante, y que madure de ser un minino travieso a un Visionario de gran poder.

Maravillosa fábula que desarrolla valores como la amistad, el amor, el paso de la juventud a la madurez, sin olvidarnos de que en este libro también se crean muchas bellas leyendas sobre el principio de los tiempos y como no un lenguaje, con glosario incluido al final del libro. Y lo más genial, todo eso contando con gatos como protagonistas.

Tad Williams, el genial autor de “Añoranzas y pesares” da otra vuelta de tuerca adentrándose en el mundo de los mininos y crear una historia que gusta a los amantes de la literatura fantástica y por supuesto, a los amantes de los gatos también.